Después de un entrenamiento riguroso en el gimnasio, me acerqué a un joven desconocido con la intención de iniciar el sexo anal.Creía que era el candidato perfecto para mis deseos, y me dispuse a persuadirlo.Le hablé suavemente, asegurándose de que estuviera completamente al tanto de lo que se estaba metiendo.Me tomé mi tiempo, preparando su ano para la próxima penetración.Estaba decidida a hacer placentera esta experiencia para ambos.Pasé una cantidad considerable de tiempo en las etapas preliminares, asegurando su disposición para el evento principal.Fui paciente y meticuloso, tomando cada paso con cuidado para garantizar el máximo placer.Estaba ansioso por explorar nuevos territorios y empujar límites.La anticipación se acumuló, y finalmente, llegó el momento, me sumí, iniciando un encuentro salvaje y apasionado.El intenso placer era palpable, y ambos nos recreamos en la experiencia.